Transeúnte de la vida

En la obra teatral Viajera del Río, se desarrolla la historia de una mujer que tiene al tránsito como pasado y porvenir. Ella lleva en su esencia a todas la mujeres que le sucedieron, mientras presenta un viaje de recuerdos, desde su infancia a su adultez, en un vaivén de voces propias y ajenas.

Con la dramaturgia y dirección de Gustavo Vallejos y la impecable actuación de Verónica Pampa González este montaje narra una historia que se extiende en tres generaciones: la de los abuelos, los padres y la hija que debieron cruzar diferentes fronteras para resguardar sus vidas.

Yugoslavia, Argentina e Italia son los países que marcan las identidades de esta familia. La Primer Guerra Mundial abre el camino a la primera huída de Yugoslavia hacia Argentina, y poco después la dictadura del país sureño sería el motor para una nueva partida hacia Belgrado. De ahí, un tránsito a Trieste, Italia, en la búsqueda constante de un lugar donde vivir sin miedo. Todo eso signado en un ADN de memorias que componen el sentir de quien siempre es extranjero.

El monólogo es una adaptación de la novela “Cruzando el río en bicicleta” de Cecilia Prenz, y hace referencia a la consecución de huellas, cicatrices y matices que se acumulan en la identidad al desprenderse por obligación de la tierra natal e intentar apropiarse de nuevas costumbres. Ya lo dice bien la protagonista en escena «al final, el corazón siempre hablará el primer idioma»

El vestuario y los elementos escenográficos que evocan este tránsito fueron obra de Eugenia Kubli, y están sobre todo integrados por maletas y banderas que son alternadas al representar la estancia en cada geografía. La fotografía, casi cinematográfica, fue concebida por Belén Baiza; mientras que la musicalización, que cambia de lo balcánico al tango y la tarantella, estuvo en manos Gustavo Vallejos con la colaboración de Daniel Gismondi.

 

Ficha:

Actuación: Verónica Pampa González

Dramaturgia y Dirección: Gustavo Vallejos