Lo hecho, hecho está

Oscuridad, penumbras, humo, un escenario casi vacío en dos niveles, escaleras a los costados y el sonido de percusión de un cajón que viene desde el fondo. Tres criaturas recitan en inglés “fair is foul and foul is fair”, las famosas líneas con las que empieza la tragedia de Shakespeare, Macbeth.

Tres criaturas que se ven iguales, que difícilmente podemos distinguir una de otra, se retuercen alrededor de un bulto. Pronto se erguirá, enfundada en cuero, la Señora Macbeth. Esas frases en inglés se refieren a que lo que se ve quizás no es tal cual se lo ve. Y esto sucede con la famosa mujer del aguerrrido Macbeth. Lady Macbeth ha sido siempre retratada como la instigadora del derrotero de crímenes por el que se embarca su esposo para llegar al poder. Pero Griselda Gambaro decide tomar la historia y contarla desde el punto de vista de ella, de esa mujer que por amor cómplice termina sumida en la locura de la culpa.

Esta puesta parece invitarnos a habitar esa mente perturbada, oscura, llena de sombras y de voces que la atormentan. En el transcurso de la obra iremos viendo un verdadero despliegue físico y actoral entre las cuatro actrices que dominan la escena, con el acompañamiento musical impecable de la que podría ser la bruja Hécate, que las controla a golpe de caja.

Romina Pinto le pone el cuerpo a Lady Macbeth y deja todo en escena. Su complexión delgada y pálida encaja perfectamente con la oscuridad predominante y con su vestuario de cuero en color negro. La oscuridad constante y el negro como color imperante en vestuario y escenografía, no hace más que resaltar el infierno en el que viven los que entregan su alma al poder y ya no pueden mirar más que para adentro.

Ficha:

Intérpretes: Romina Pinto, Pablo Lambarri, Laura Calderón, Camila del Rio y Karina Lazurlo // Percusión:Laura Regueira

Dirección:Roberto Lachivita