La locura es eso que pasa mientras tu hijo va a jardín de infantes

El concepto de “grupo de whatsapp de papis” se ha vuelto en los últimos años un asidero de las miserias humanas, las más hilarantes y las más oscuras. Si bien la misma ha inspirado hoy todo un género humorístico, allá por 2013, La Sala Roja pisó fuerte en el escenario off argentino de la mano de Victoria Hladilo, directora y dramaturga de esta desopilante producción que, desde entonces, no ha parado de cosechar éxitos no solamente en sus pagos sino también en países vecinos y hasta saltando el charco e incluso barreras idiomáticas.

La identidad probablemente se produce cuando la obra acierta en retratar esta escena común a los padres: la reunión de jardín de infantes para hablar de sus hijos. Una suerte de consorcio infantilizado, el escenario describe un típico salón de kindergarten: mobiliario miniatura, colores estridentes y una suerte de mono-tono de alegría constante, esa ficción que se respira en estos salones. Esto pronto es contrastado con los personajes que aparecen, adultos aparentando cordialidad para disimular su espurio “mi hijo primero”, motivo que los hará descender al infierno…de las carcajadas. Lo que parece una serie de consignas sencillas para definir entre pares como el acto de fin de año o los obsequios entre compañeritos serán excusas para conflictos latentes listos para estallar.

El contraste fuerte entre los seis protagonistas produce un humor que oscila entra la tensión y distensión constante. Martín (Manuel Vignau) aparenta una paternidad aperturista basada en el amor por su hija, cosechando una sociopatía digna de “Psicópata americano”. Sandra (la propia autora) es madre de un niño grande para su sala, toma un control sádico de la reunión de padres para disimular su ausencia prolongada de la vida de su hijo por razones profesionales. Verónica y Diego (Julieta Petruchi y Diego Axel Joswig) son la pareja dispareja de madre sobreprotectora y padre ausente del niño cuya timidez todavía no le ha ganado amistades. Gabriela (Carolina Marcovsky) interpreta a la recién llegada madre new age, armada de los modismos juveniles y las modas naturistas. Por último, María Inés (Catalina Auge) es el epítome de la docente dulce y a la vez naif del jardín de infantes, capaz de comandar un batallón de niños, pero indefensa ante el embate de estos padres.

Sin duda, La sala roja es una comedia efectiva. Sus personajes bien construidos y dirección clara explican porque la platea ríe durante prácticamente toda la obra. Es notorio además ese componente border que Hladio exhibe desde el texto y explota desde la dirección, dando cuenta de rincón oscuro (y a la vez, humorístico) que las reuniones de padres de jardín ocultan. Sí hay algún que otro momento un tanto problemático en lo que a género respecta, con manipulaciones a algunas protagonistas que tensan más de lo que divierte. De todas maneras, la obra funciona a la perfección y cumple su cometido, reflejando algo a la platea, que lo recibe encantada. Así, no hay papi ni mami que salga airoso de esta sátira ingeniosa, cosechando la carcajada de todo espectador que se acerque por curiosidad o a sabiendas de lo que estas “reuniones inocentes” encubren.

Ficha:

Actores: Manuel Vignau, Julieta Petruchi, Carolina Marcovsky, Axel Joswig, Victoria Hladilo, Catalina Augé.

Directora: Victoria Hladilo