La persona deprimida

La persona deprimida

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    SMW press

 

Crónica de una depresión

Una mujer, como si fuera a dar una conferencia, se planta frente al público para hablar de un mal que la aqueja. Sentada en una silla, apoyadas sus manos sobre una mesa y con una taza de té a su izquierda, se manifiesta hablando en tercera persona de su caso. Esa distancia (la de la tercera persona del singular), le permite intentar analizar el problema con mayor precisión. Aunque no será nada fácil entrar y salir de sus vivencias sin involucrarse emocionalmente con lo que está contando.

“La persona deprimida” que es ella misma, se explica, urgando las principales circunstancias que la llevaron, a lo largo de toda su vida, a padecer su depresión. Desde la infancia, cuenta como era la relación con sus padres separados, recuerda reiteradas veces un incidente por la cuestión del pago de un tratamiento de ortodoncia que afectó su aspecto físico debilitando su autoestima, y se adentra, luego, en la manera de vincularse con los otros en la adultez: sus amigos, parejas, compañeros de trabajo, y fundamentalmente su psiquiatra. En todos estos vínculos, aparece un factor común: la paranoia, la culpa, el reproche y la sensación de abandono. Los traumas vividos en su niñez y algunos aspectos de su personalidad rigidizan ciertos mecanismos de interacción que se reproducen en  diversos ámbitos de su vida. Es así, como determinadas formas de actuar se replican constantemente en una mecánica de la cual no puede escapar o si siquiera afrontar en un tratamiento.

Daniel Veronese, quien adaptó los textos y llevó a cabo la dirección de esta obra, conduce a la talentosa actriz por una delicada línea entre lo racional y lo emocional del relato. La angustia es desbordada y, a la vez, contenida. María Onetto, encarna este personaje, pasando por cada uno de los múltiples estados que padece la protagonista, con total organicidad y contundencia. Rompiendo la cuarta pared, crea una conexión íntima con el público al que indirectamente interpela. En un monologo continuo y verborrágico, recrea en escena, a una mujer que busca desesperadamente hallar en el otro su ansiada recuperación.

Esta propuesta, formó parte de un ciclo de tres obras estrenadas en “Timbre 4” llamadas: Experiencia 1 (La persona deprimida), Experiencia 2 (Encuentros breves con hombres repulsivos) y Experiencia 3 (Los arrepentidos). Basada la dramaturgia en textos narrativos de David Foster Wallace y en una pieza biodramática escrita por Marcus Lindeen.

Lo que busca esta obra, tomando prestadas las palabras de Foster Wallace, es “reconfortar a quién está alterado y alterar a quien se sienta cómodo.” Y sin dudas lo logra, a través de un maravilloso texto, una actuación increíble y una dirección impecable.

Ficha:

Intérpretes: María Onetto

Dirección: Daniel Veronese

Categorías: Reseñas

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