¿Nada es para siempre?

La noche que volvimos del paraíso cuenta la historia de Mecha (Romina Julieta Ruiz) y Lucas (Paolo Sambrini) cuando en una noche de lluvia alejados del hogar y la rutina ella, después de varios años de relación, deja filtrar una inesperada necesidad: la de separarse. A partir de aquí, él aturdido intentará contener el desborde de emociones, sin embargo la tempestad será inminente e inundará todo lo que a través de los años y con tanto afecto construyeron juntos.

La puesta trata, como muchas, sobre una historia de amor que parece llegar a su fin, planteada dicha situación como una posibilidad que puede sucederle a cualquiera en cualquier momento. Es decir, aborda el cliché de la ruptura para reflexionar sobre las relaciones y la idea del amor eterno en los tiempos de Instagram y Facebook.

Sólo dos personajes son los que se encuentran en escena en el transcurso de una misma unidad de tiempo y espacio: una noche de tormenta en el living de la pequeña casita de la costa a la que acudieron para descansar. La acción principal inicia en el momento en que ella propone la idea de separarse a partir de lo cual se remontarán intermitentemente a diferentes escenas del pasado donde todo era idílico entre ambos. Vale destacar aquí las sólidas actuaciones y la sincronización de los movimientos en escena con la música y la iluminación. La incidencia de la banda sonora y la inclusión de imágenes proyectadas resulta fundamental a la hora de acentuar los momentos de mayor dramatismo. A su vez, la comicidad en la obra viene de la mano del agudo texto y las distintas alusiones a películas y series.

Finalmente, La noche que volvimos del paraíso es una divertida comedia dramática que trata sobre el amor eterno como utopía en la sociedad actual, con un ingenioso texto al igual que una impecable dirección a cargo de Paolo Sambrini.

Ficha:

Actúan: Paolo Sambrini y Romina Julieta Ruiz.

Dirección: Paolo Sambrini.