La espía de la revolución

En el marco del festejo del centenario de la revolución de mayo, tres dandis porteños pretenden reestablecer una monarquía. Para llevar a cabo este plan, contaran con el apoyo de la espía Mata Hari, quien hará la presentación de su famoso baile en el Teatro Colon, con el secreto fin de proclamar en ese ámbito el antiguo orden. Las cartas van y vienen en medio de la confabulación. Saturnino, Celedonio y Felix preparan este golpe que reestablece los valores de una elite que se ve amenazada por el mestizaje de una raza que creen inferior. Hay algo en color de la piel, en el grosor de los labios y en lo pueril de sus costumbres que les repugna y genera desconfianza. Un modelo de país está en juego; patria o monarquía. ¿Cuáles son los privilegios de clase que la elite teme perder? ¿Qué representa la alteridad en esta construcción de identidad para ambos modelos? La farsa se construye mostrando el revés de las conspiraciones que atentan contra los intereses de una mayoría, e intentan imponerse a fuerza de engaños para resguardar intereses de privilegio. La figura de la emblemática espía es crucial en esta trama; juzgada y ejecutada por alta traición en la segunda guerra mundial, se le atribuye esta frase dicha en su defensa: ¿ramera? ¡sí!, pero una traidora ¡jamás! Y quizás, desde ese lugar, el protagonismo de Mata Hari toma relevancia. Una mujer que ronda por esos círculos de poder, pero sin sentirse parte. Degradada y humillada por la hipocresía de un sector social que la utilizo y, luego la transformo en un chivo expiatorio. Sus últimas palabras fueron: “No sé si en el futuro se me recordará, pero si así fuera, que nadie me vea como a una víctima sino como a alguien que nunca dejó de luchar con valentía y pagó el precio que le tocó pagar”. Milagros Michael, como dramaturga, construye esta trama, haciendo presente no solo una crítica social y política a una clase determinada, sino también logrando exaltar el papel de la mujer en la lucha y en la reivindicación de derechos.

Cesar Bordon, como director, apuesta a las interpretaciones y al juego del actor en escena, logrando momentos de mucho humor y dinamismo. Un chelista, el cuadro del Bernardino Rivadavia y algunos objetos serán en marco propicio para que, en un escenario despojado, se jueguen cada una de las escenas. Cabe destacar la actuación de Milagros Michael, como Mata Hari, quien logra integrar en su composición los aspectos más significativos del mítico personaje: la seducción, la danza, un carácter pasional e intempestivo. Así mismo, los tres dandis son representados en su caracterización con gran acierto y solvencia. El vestuario es acorde y se pliega con eficacia a la propuesta escénica.

Una obra para reflexionar con humor sobre la construcción de nuestra identidad, en un país donde la palabra patria, aún nos sigue generando interrogantes.

Ficha:

Actúan:

Pablo Del Rio, Milagros Michael, Gustavo Monje, Nicolas Schneider

Dirección:

César Bordon