La madre del desierto

La madre del desierto

Ficha

  • Datos de funciones:

    Bajo 17/3

  • Prensa:

    Prensa: TNC

 

Sola contra el viento

Deolinda Correa fue una mujer muy importante en la historia de nuestro país. Oriunda de la provincia de San Juan, hacia el año 1840, su esposo, Clemente Bustos, fue obligado a unirse a las fuerzas montoneras para la guerra civil de entonces. Las tropas se dirigieron a la provincia de La Rioja. Deolinda, angustiada por la suerte de su marido, y a su vez acosada por el comisario del pueblo, decidió marchar a buscarlo, junto a su bebe lactante, por el desierto. Luego de unos días de buscarlo, sin éxito, el agua y el pan se terminaron, por lo que le resultó imposible seguir camino. Con su hijo en brazos lactando, bajo un algarrobo, Deolinda Correa falleció. Al día siguiente, unos arrieros encontraron su cuerpo y a su pequeño hijo aun lactando. Fue tal la sorpresa de aquellos hombres, que en muy poco tiempo muchos supieron su historia. Debido al milagro que ocurrió con su hijo, y los que le siguieron después, se convirtió en una santa para la multitud, pero hasta el día de hoy no fue reconocida por la iglesia católica.

Una puesta escenográfica que cuenta con muchos recursos, visibles, sonoros, bellos a los sentidos. Desde el principio nos encontramos en el desierto, rodeado de cactus, plantas rodadoras,  las colinas a lo lejos. Con el viento sonda que sopla fuertemente, acompaña a los protagonistas todo el tiempo. Para el ojo del espectador, por unos momentos nos convertimos en miembros de aquella población norteña que convive con todo lo bello de la naturaleza.

Acompañados de la melodía de la guitarra, el teclado y el viento sonda, Deolinda Correa recorre junto a su bebe el desierto de San Juan. Una madre que debe hacer lo imposible para mantener a su hijo con vida y resistir las dificultades que el desierto representa.Es ella el fiel reflejo de la realidad de muchísimas mujeres, y más aún en su época: una mujer que cuida a su familia y a su hogar, que hace lo imposible para salvarla, aun en la crueldad de una guerra.

Alejandra Flechner y Santiago Gobernori, en compañía de Victoria Barca y Franco Colluso en la guitarra y el teclado, son los protagonistas de la madre del desierto.

Para destacar el trabajo de Alejandra. Una madre luchadora, aguerrida, en la que explota de amor y ternura por su hijo, como así también por la naturaleza que la acompaña, acompañada de la angustia e incertidumbre por su marido, al que finalmente no podrá encontrar, pero se mantiene firme en su paso. La voz tan particular, con la tonada sanjuanina que enriquece aún más al personaje. Muy bien logrado también el soldado, lleno de contradicciones, fortachón, firme, decidido, dando un paso adelante y a su vez lleno de miedo, susto, con ganas de salir corriendo por esa guerra inevitable.

Gran actuación de Santiago, el pequeño gran bebe, tierno, inocente, travieso y juguetón, amoroso con su mama y con los animalitos. Trabajo potente a la hora de desarrollar el rol de general, imponiendo su físico y caudal de voz.

Victoria y Franco, dos amistosos animales que acompañan a Deolinda y su bebe, como así también a los soldados, con los instrumentos que cobran vida, siendo melodías, sonidos de otros animales, una cobija en momentos fríos.

Actuaciones emotivas y entrañables. Son hermosas las escenas en las que madre e hijo comparten momentos juntos, especialmente en la que el bebe se convierte en un “niño grande”. Esa conexión que existe entre ellos y que se a ve a lo largo de la obra es mágica. Con simples gestos, sin necesidad de palabras por momentos, logran conectarse y se dejan llevar, llevándonos de alguna manera a ese mismo lugar, a estar a solas con esa persona tan especial y única que es la madre, en simultáneo con ese ser tan bello e inocente que es un hijo.

Una obra que muestra la realidad de una época muy difícil de nuestro país, como lo fue la mitad del siglo XIX, que reflejó las vanidades y miserias del poder político y militar que controlaba la Argentina en ese momento, con la complicidad de la iglesia. Por otro lado, también se ve el amor de una madre a su hijo. Sea cual fuere la época, no existe nada que se le compare.

Ficha:

Con Alejandra Flechner y Santiago Gobernori.

Músicos en escena: Victoria Barca y Franco Calluso.

Dirección: Nacho Bartolone

Categorías: Reseñas

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