La vida en un cuarto

Lady Margaret (Omar Calicchio) llega con todo su glamour a cuestas a un sofisticado hotel, es notorio por sus comentarios que es habitué del lugar; como gran dama que es, claramente no va a transportar su equipaje, para eso está el botones y luego de varios reclamos, finalmente el joven Antonie (Federico Barón) llega con las valijas.

Un minuto bastó para que esta mujer de cabellera rosada (como su atuendo) posara sus ojos en el muchacho, a quien primero intenta comprar con suculentas propinas y no conforme con eso, le propone un juego que no podrá rechazar.

Esto da pie para que los personajes se lancen a la aventura, allí justo frente a la costa normanda, la playa, el mar, el deseo, los recuerdos, el futuro… todo se entremezcla en las olas que son testigos de lo que allí pasa.

Una gran dupla, donde se nota a simple vista, que han logrado construir un código para hacer fluir a este divertido texto, mixeado con canciones. Hablar de Omar, es hablar de talento en su estado más puro, es fresco, integro, dúctil, divertido, “inocente”, claramente tiene “el don”, “el ángel”, es un placer verlo rodar en el piso o simplemente sentarse a hablar por teléfono.

Federico complementa perfectamente, se mueve muy bien en su primer musical, es muy divertido y se multiplica sin problemas en relación a lo que el guion le pide. Un muy buen trabajo.

Todo ocurre en una opulenta habitación, que se delinea con elementos clave, una gran puerta, una gran cama, por supuesto la ventana al mar y una serie de elementos muy bien construidos, haciendo juego con los colores del huésped y allí, en medio de todo…. El mont blanc.

Lo que respecta al vestuario, es divino, súper atinado, ella se representa de pies a cabeza, sus cambios mantienen su esencia y el está literalmente a tono con su uniforme y cuando cambia, cada renovación es lo que se requiere.

Acompaña en escena, desde el piano, Juan Pablo Schapira, quien se vuelve parte del relato y acompaña durante todo el espectáculo, prácticamente sin parar, que por momentos es como música de fondo y en otras ocasiones, es parte del relato.

Al frente de todo esta Gonzalo Castagnino con la dirección, un gran trabajo, logra que todo funcione y cuadre a la perfección, haciendo que la curva dramática se desarrolle con fluidez y tenga los cambios de ritmo necesarios para darle la impronta adecuada.

Un musical muy divertido, con excelentes interpretaciones, que sin dudas hará pasar un muy buen momento a quienes se acerquen a este particular hotel.

Ficha:

Omar Calicchio – Federico Barón

Al piano y dirección musical: Juan Pablo Schapira

Dirección: Gonzalo Castagnino