Estrategia de la luz

Estrategia de la luz

Las locas

Una obra que rescata dos figuras femeninas históricas, la reina Juana I de Castilla y Teresa de Ávila. La primera, heredera al trono al fallecer su esposo, y habiendo demostrado rebeldía a lo esperable en una dama de su época (alrededor del 1500), fue encerrada en un castillo, primero por  su padre, Fernando II (si, el de Colón) y luego por su hijo Carlos I a fin de que no accediera al poder. La obra rescata el aspecto más romántico de Juana, una reina que sufría por las infidelidades del marido y por la distancia con sus hijos. La conocemos como Juana la Loca, en vez de Juana, la privada de su derecho al trono. La otra, Teresa, una monja muy devota, que ha tomado los hábitos para no tener que someterse a un varón en matrimonio y poder dedicarse al amor que consideraba real, el que sentía por Dios.  Años más tarde, sería canonizada y nombrada Santa Teresa de Jesús, pero en el momento de estos hechos es una monja, joven y temerosa, que oye voces y que a pesar de su fuerte vocación tiene grandes dudas del origen de ellas.

La obra de Adriana Genta nos muestra un encuentro ficticio. La reina Juana  vive encerrada en un estado tristísimo de abandono, en la oscuridad, hediendo por falta de higiene y por las infecciones en su cuerpo llagado, dedicada al consuelo de su delirio, rumiando recuerdos, escapando de la realidad dolorosa. A esa habitación entrará Teresa, en pánico pero con ganas de cumplir su tarea: la de llevar compañía y alivio a esa mujer, a esa mente torturada. No le será fácil entrar en esa oscuridad, que está tanto en la habitación como en el alma de Juana porque aparecen, además, los miedos de estas dos mujeres fuertes aunque a simple vista no parezca. Dos seres tan distintos pero con algo en común. El encuentro será poderoso y delirante y logrará modificar la vida de ambas. El escenario, plano, presenta una gran cama, un baúl y un cortinado para representar el aposento real devenido en cárcel. La luz cetrina y muy suave, sugiere la oscuridad y acentúa los sentimientos de los personajes. Es notable la caracterización y vestuario de las actrices y el cuidado con el que se han elegido los pequeños elementos que utilizarán en escena.

Las actuaciones de Teresita Galimany y Laura D’Anna es fabulosa, en la entrega, la meticulosidad y la luz que logran irradiar en sus miradas entre tanta penumbra.

Un gran trabajo para seguir reflexionando sobre las mujeres  que quieren cambiar el status quo, que suelen ser anuladas con la etiqueta de loca o el más moderno ‘intensa’ cuando no son condenadas, quemadas, evaluadas, cristalizadas en ideales infantilizados o estéticos, en fin, resistencias a su libertad de ser quienes quieran ser.

Ficha:

Actrices: Laura D’Anna, Teresita Galimany

Director: Alberto Isola

Categorías: Reseñas

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