Vértigo

Escrita por uno de los dramaturgos argentinos más importantes del siglo XX, Armando Discépolo, la obra retrata la historia de los Florio, una familia italiana que se ve forzada a huir a la Buenos Aires de comienzos de siglo.  Rómulo, un amigo de la familia, les da refugio y trabajo, con la esperanza de que Marisa, la joven hija de la familia, le corresponda a su amor. En una época en la que el honor tiene una importancia vital, en la que el amor no correspondido es causa de locura, cada personaje se encuentra con su propio vértigo que lo lleva a estados inimaginables.

Una obra en la que una familia de orfebres es la protagonista no tiene mejor lugar para ser representada que el museo de Juan Carlos Pallarols. El lugar ubicado en pleno corazón de San Telmo, es de aquellos que tienen la magia para remitirnos a un tiempo pasado, cada herramienta, cada pieza, los colores, los olores, las imágenes. Desde la entrada, tal como si fuéramos invitados a una casa, nos ofrecen una copa de vino, “qué buen recibimiento”, pensamos, “¿cómo será lo que vamos a ver?” Cuando subimos las escaleras y entramos al taller del orfebre, viajamos al año 1920.  Los personajes en escena, trabajan, se miran, mientras, nosotros, los invitados a entrar a ese lugar íntimo, nos vamos acomodando. De a poco el clima se va generando para dar comienzo a esta bella experiencia.

Los actores, alumnos de Agustín Alezzo, hacen un trabajo emocionante: Marcelo Aruzzi, Natalia Besuzzo, Matias Broglia, Roberto Cappella, Marcos Horrisberger, Martín López Pozzo, Alicia Naya y Yesica Wejcman, logran que sus personajes vayan in crescendo a medida que se va desarrollando la obra. No es fácil hacer de un texto realista, una experiencia realista, y esto es gracias a la labor de dirección a cargo de Matías Leites y Leopoldo Minotti, los dos directores logran llevar la puesta de una manera que logra que el espectador se compenetre con el drama del que está siendo testigo.

Más que asistir a una obra, es vivenciar una experiencia teatral. Un trabajo muy bien cuidado que mezcla lo sutil, lo intenso, lo real. Una propuesta original, intensa y emocionante que vale la pena disfrutar.  De lo mejor de la cartelera teatral de Buenos Aires.

Ficha:

Dirección: Matías Leites y Leopoldo Minotti