El cuerpo de Ofelia

El cuerpo de Ofelia

Ficha

  • Datos de funciones:

    Los sábados a las 20 hs. se presenta la obra El cuerpo de Ofelia, en el Teatro Andamio 90 –Paraná 666

  • Prensa:

    Prensa: Ricardo Tamburrano

 

Una Solución Satisfactoria

Una obra compleja e interesante. Este trabajo disecciona ‘Hamlet’, la corta, y la convierte en válida excusa para mostrar los mecanismos de la construcción de un relato oficial; cómo en una misma realidad pueden efectuarse varias lecturas simultáneas, varios planos que interactúan complementándose.

Comienza Claudio, el tío devenido en padre de Hamlet por el casamiento con su madre, que anuncia: ‘No se puede hacer más lento’. Nos advierte, así, que  veremos un acto de ilusionismo. Para ello, claro,  debe haber un público dispuesto a aceptar lo que se le cuente.

Un cuerpo ha sido retirado de la morgue sin permiso y una médica forense se presenta en busca del acta de defunción. Entra en la sala, en ese código de realidad, sin saber que de allí no podrá salir.  Además, no puede hacerlo sin el acta o sin el cuerpo. A pesar de su seguridad, involuntariamente se irá involucrando en los acontecimientos hasta perderse en ellos.

Ofelia se ha suicidado, ahogándose en un natatorio. Asumimos que en el féretro instalado justo frente al público está ella, aunque es demasiado bella para ese destino. Poco después vendrá Laertes al mismo espacio a rendirle honores a su padre.  Entonces, un halo de misterio e intimidación se instala en la escena. ¿Quién está allí? ¿Hay verdaderamente un cuerpo?

Adicionalmente hay otros tres planos físicos donde sucede la acción.  Sobre el escenario, la familia de Hamlet a la espera de encontrar actores y público para realizar  una representación; es que simultáneamente sigue latiendo la línea básica del drama: vive en el joven la necesidad de sacar a la luz la traición del tío y su madre y salvar la culpa de la muerte de su amada . Más atrás aún, se abre un espacio pequeño e íntimo: la habitación de Hamlet.  El último plano es inmaterial, una Ofelia subyugante viene del más allá para cerrar sus asuntos pendientes.

Sobre este esquema sucederán varias historias que se irán engranando. Hamlet quiere desenmascarar a Claudio, quien desde la impunidad de su  poder disfruta de lo que acontece. Un encargado y la camarera del lugar, totalmente serviles al padrastro harán el nexo entre los distintos personajes. Laertes y sus seguidores aportan la presencia de los trabajadores. También llega al lugar una amiga de Ofelia, que representa la ingenuidad, la simpleza, la lealtad. Su pureza la convierte en el ser más vulnerable, y en un perfecto bocado final.

Un trabajo realizado con  gran libertad creativa de parte de Bernardo Cappa y Pedro Sedlinsky que tomaron el riesgo de hacer confluir muchísima información en un sutil juego; de desarmar convenciones y armonizar el teatro clásico con aportes de novela negra y comedia de enredos, en tiempo presente y generando un permanente contrapunto con nuestra política. Que se permitieron incluir una bellísima versión de ‘Ella También’ de Spinetta y en las antípodas, realizar un homenaje al cine romántico; de cambiar de fantasma, de generar momentos mágicos y momentos desopilantes.  No quiero ser injusta ya que cada personaje se destaca por algo, pero resalto especialmente la ductilidad de Jorge Prado como Claudio, Aníbal Gulluni como Hamlet, la gracia de Mayra Melina Galván y la fuerte presencia de Maia Lancioni, Micaela Racciatti y Antonella Bessone.

Ficha:

Actúan: Antonella Bessone, Pablo Chao, Gastón Courtade, Natacha Delgado, Mayra Melina Galván, Diego Gens, Aníbal Gulluni, Maia Lancioni, Germán Parmetler, Jorge Prado y Micaela Racciatti.

Músicos en escena: Damián Ferraro y Emiliano Salvatore.

Dirección: Bernardo Cappa

Categorías: Reseñas

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