Un clásico para volver a ver

Esta es la obra emblemática de Mauricio Dayub como actor y dramaturgo. Estrenada en el año 1997, donde cosechó múltiples premios, como el ACE a la mejor obra 1998, revelación, mejor música, mejor escenografía, premio María Guerrero al mejor autor, premio Estrella de Mar 1999 en los rubros mejor actor, mejor espectáculo en drama, mejor dirección y mejor iluminación, entre otros. También, cabe destacar la versión cinematográfica en el año 1999 dirigida por Juan Bautista Stagnaro.

La historia es tan sencilla como profunda y, a la vez, conmovedora porque habla de los sueños, de la amistad, del nunca darse por vencido a pesar de las adversidades. La trama se construye teniendo como protagonista a  El Pajaro (Mauricio Dayub), un hombre de mediana edad, que sueña con batir un record como ciclista. Su amigo, Lopecito (Gustavo Luppi), lo acompaña en esa gran travesía enfrentado, quizás, el mayor de sus miedos: el de fracasar. Ambos forman un dúo por demás querible y entrañable, despertando en el publico empatía y ternura. Saben que el camino estará lleno de obstáculos, pero el darse por vencidos parece ser la última de las opciones.

La dirección de Luis Romero es impecable; logra crear climas íntimos, mantiene un ritmo dinámico, y construye en escena, con imágenes, metáforas que refuerzan y acompañan al texto. Cabe destacar la actuación de Mauricio Dayub, quien desde lo corporal y el tono de la voz, compone un personaje mítico -con la ingenuidad y la pureza en la mirada de quienes son capaces de alcanzar los sueños más utópicos-. Sin dudas, por otro lado, Gustavo Luppi acompaña con un gran nivel interpretativo y un personaje muy claramente definido.

La escenografía, respetando casi en su totalidad la propuesta original, es funcional al espacio y a la necesidad de los actores. Una estructura metálica fija el centro del escenario, donde cuelga el carro de uno de los personajes; simulando una especie de galpón, los ventanales coloridos y algunos trasparentes, delimitaran el fondo de la escena; mientras que una cuerda sujetada a una polea, cerca de la altura del techo, será la que ayude a generar una de la imágenes más potentes y conmovedoras de la obra.

“El Amateur” es una propuesta que no se deja atrapar por el paso del tiempo; porque nunca perderá- por su temática- vigencia. Quienes la hayan visto la podrán ver nuevamente para poder disfrutar, una vez más, su maravillosa puesta, sus personajes inolvidables y un mensaje esperanzador; quienes no, asistirán a un espectáculo que, de seguro, no los decepcionará.

 

Ficha:

Intérpretes: Mauricio Dayub y Gustavo Luppi

Dirección: Luis Romero