Humanizando la danza

El control total y absoluto del cuerpo a medida que se ejecutan los pasos de baile es una de las características de la danza clásica que tanto Luciana Barrirero, como David Gómez respetan y ejecutan. Pero, ¿A qué costo?  Es sabido que los bailarines deben alcanzar ciertos estándares físicos para desempeñar un baile dotado de encanto, lo que se ignora usualmente son los medios que utilizan para alcanzar dicho objetivo.

Dudosas dietas, sobre esfuerzo físico y desgaste psicológico son algunos de los padecimientos que ambos bailarines enfrentaron. Hablando directamente al público, los dos intercambian una libre narrativa con la dominación de una voz en off y realizan así una recapitulación de sus vidas aclarando como la danza comenzó a ser parte de ellas. Para esto también se asisten con el uso de diapositivas manteniendo un ritmo pacífico con pequeños momentos de frenesí.

Al ingresar a la sala lo primero destacable es la composición minimalista en un escenario central. Únicamente valiéndose de pocos elementos (una rampa, comida y un piano) pudieron plasmar dos autobiografías dotadas de gracia y tragedia. El vestuario, en concordancia con la puesta en escena, se funde con la piel de los bailarines proyectando la sensación de vulnerabilidad con la que se desenvolverán a lo largo de la obra.

La reputación del Ballet estable del teatro Colón lo precede, siempre a la vanguardia y con sello de calidad. Por lo cual no sorprende la excelencia a la hora de bailar. Haciendo uso de música en vivo realizan diferentes coreografías en las cuales los cuerpos encarnan los sonidos energéticamente proyectando un único gesto por igual frágil e inmutable.

“Dos bailarines desnudos” es un espectáculo documental que busca ser transparente y conmovedor. A través de la experimentación Florencia Werchowsky, su directora, logra plasmar la problemática del dominio corporal y sus consecuencias tanto físicas como psicológicas.

Ficha

Intérpretes: Luciana Barrirero y David Gómez

Dirección: Florencia Werchowsky