Escapar de la pesadilla riendo

Nos encontramos en una habitación donde se nos invita un vasito de vino y a tomar asiento para compartir una cálida espera hasta que comience la función. Calidez y comodidad que se verá contrastada ni bien ingresamos a la sala y veamos donde se lleva a cabo la acción: en la cárcel. Esta es una cárcel de seres extraños y tan exacerbados por momentos que bordean lo caricaturesco. Desde esa apariencia y vinculándose de diversas y graciosas maneras nos hacen partícipes de atrocidades y enunciados brutales que quedan suspendidos en el aire, rebotando y esfumándose en oscuridades que se vuelven necesarias para acallar lo que pasa… aunque inevitablemente siga sucediendo.

Las situaciones que los personajes atraviesan tienen mucho que ver con la construcción del imaginario colectivo acerca de lo que acontece y quiénes convergen en una prisión y el entrelazamiento con lo que nadie parece comunicarnos que allí también ocurre. Sin adoctrinar, sino decidiendo qué representar y de qué manera, se produce un movimiento hacia la empatia y reflexión con respecto a la dignidad humana.

El abordaje del contenido desde situaciones cómicas y hasta absurdas por momentos, posibilitan representar escenas duras, violentas, despiadadas, de desconsuelo o injusticia que de otra manera podrían resultar sumamente descarnadas. Es elogiable cómo lo llevan a cabo y los recursos a los que acuden como por ejemplo, valiéndose de un lenguaje más clownesco, secuencias rítmicas combinadas con violencia escénica, trucos de magia, etc. También la música en vivo, llamativamente creada con instrumentos poco convencionales, ayuda a generar climas y sonoridades alusivos a una cárcel.

Algo muy destacable de la obra es la complicidad in crescendo que va generando en su devenir con el público. Propone un juego y renueva a menudo esa propuesta creando mayor participación hasta conseguir estos presos, aparentemente, la libertad. En esa intención compartida para lograr la libertad surgen dos interrogantes: ¿Quiénes carecen de libertad? ¿Quiénes quieren escapar? Quizás los antagonistas compartan un mismo sentir, quizás el público también termine uniéndose a ellos. Quizás lleguemos a la comprensión de que quienes en estado de vigilia viven una pesadilla pueden transformarla y que al unir voluntades seguramente sería más fácil y posible.

Ficha:

Con: Lautaro Amurri, Lala Buceviciene, Rodrigo Frascara, Marcelo Sapoznik, Fernando Vitale

Dirección: Marcos Arano