Cómo si la hubieran parido los yuyos

Dos mujeres. Una carreta en la pampa. Una historia de amor.

Las tres frases con las que este equipo artístico, compuesto casi íntegramente por mujeres, presenta al público, a través del flyer de mano y de un precioso señalador que encontrará en su butaca, el preludio de esta maravillosa propuesta del teatro porteño actual.

Maravillosa, sin exagerar, es la historia creada por Camila Tabet, Violeta Marquis, Nicole Kaplan y Sol Zaragozi (ni más ni menos que las intérpretes y la directora de la obra). Ellas basaron su dramaturgia en la primera parte de “Las aventuras de la China Iron”, texto de la escritora y periodista argentina Gabriela Cabezón Cámara, quien, desde una mirada intelectual y feminista, logra desanudar las andanzas del gaucho “Martín Fierro” y deconstruir la imagen tan vapuleada, en el clásico texto, de esta mujer que llegó a manos del protagonista de este poema gauchesco, luego de una reyerta, cuál trofeo consigue un vencedor.

La escenografía creada por Maricel Aguirre, relata mucho acerca de la realidad pampeana. Una pequeña mesa con una pava, un mate y algún adorno típico y por detrás la simulación de una carreta, que las actrices perfectamente harán entrar en el esperado código, al poner sus cuerpos en función de la acción dramática.

Es que la puesta en escena, pensada integral y estéticamente a la perfección, logran amalgamar cada una de las escenas y en cincuenta minutos conseguir un producto acabado y muy disfrutable. Completa esta puesta la presencia de Catalina Telerman, deleitando con su música, su voz afinada y los efectos de sonido que las escenas requieren. Catalina tan necesaria como refrescante, le da el toque musical y melodioso, que se agradece.

Las tres actrices son de otro planeta. Orgánicas, concretas, generando mundos que develan una forma estética acabada del interior de la construcción de cada uno de sus personajes. Dejan entrever sus monólogos internos cargados de sentidos, imágenes y una infinidad de información, que con mucha sutileza presentan en la función.

Camila Tabet compone deliciosamente a la china. Como le decía su abuela: “Cómo si te hubieran parido los yuyos”, vivió su vida de huérfana y errante por la polvorienta llanura pampeana, hasta que, como relata el poema de José Hernández escrito en 1872, conoce a Fierro en una pulpería quien se deslumbra con sus rasgos morenos y termina enfrentándose con “el negro” a causa de esta mujer. Ella, un tiempo después, logra dejar atrás esta miseria, huye traspasando los límites y se encuentra con Liz (Nicole Kaplan), una inglesa refinada que se deslumbra por la personalidad, la ingenuidad y la sensibilidad de la china y a partir de allí comienza una aventura repleta de risas, complicidad y deseo. Es que entre ellas surgirá una divertida y disruptiva relación cargada de inocencia y ternura. Nicole logra interpretar a este personaje que tiene dificultades con el idioma y es hilarante e hipnótica en escena. Acompaña el relato Sol Zaragozi, quien tiene el rol de interlocutora entre la dramaturgia y el público y con mucha soltura, organicidad y carisma, introduce a las personas presentes al juego que invita la obra.

Mención especial para la impecable, detallada y puntillosa dirección de Violeta Sarquis, quien ha sabido crear este proceso creativo a partir de una construcción colectiva y según sus palabras de una manera particular de “Improvisar sobre los capítulos de la novela, grabar, desgravar, releer y volver a improvisar”

“Desertoras” es una magnífica e imperdible propuesta del teatro alternativo que permite la diversión, varias risas aseguradas, la reflexión constante y lograr empatizar desde la ternura con ambos personajes protagónicos, inmersas en esa travesía tan particular. Una propuesta llevada a cabo por mujeres con mucha pasión arriba del escenario. Aplausos de pie.

 

Ficha

Elenco: Camila Tabet, Nicole Kaplan, Sol Zaragozi

Música en escena: Catalina Telerman

Dirección: Violeta Marquis

Género: Comedia dramática