Un recuentro con el mejor tango
“Estás desorientado y no sabes qué “trole” hay que tomar para seguir. Y en este desencuentro con la fe queres cruzar el mar y no podes…”
Este tango llegó en 1962, cuando el género estaba de capa caída y sólo lo sostenían temas como Desencuentro, para mayor gloria del Polaco Goyeneche y Roberto Rufino, en sendas grabaciones de estos dos jilgueros criollos con la orquesta de Baffa-Berlingieri y Pichuco, autor de la música, respectivamente. Se aliaron precisamente Troilo y Cátulo Castillo en la composición del tema que sigue dando dividendos por ese heroísmo de cotidianeidad que tienen tantas letras de tango, acompañadas por la música precisa que las realza aún más.
Desencuentro nos regala tremendas palabras que fijan la desazón e incertidumbre del ser humano, ante la insolidaridad, los males que afligen a la sociedad, el personaje angustiado, asustado del porvenir, desalojado del presente. Cátulo enfoca el desconcierto derivado del recóndito comportamiento humano. Hay más instrumental clásico del poeta: la inmediatez, la memoria, la resistencia, la erosión moral.
La buena iluminación y sonido de la sala, nos permiten disfrutar de los bailarines perfectamente vestidos de época con gran detalle.
Laiza Souza y Ariel Manzanares le dan cuerpo y vida a la canción interpretándola en una danza de gran nivel. Sus movimientos excelentemente ejecutados, hacen del deleite de cultos y legos en la danza y el tango. El coach encargado de la esta excelente coreografía es Hugo Mastrolorenzo, el escenario está muy bien aprovechado, logra utilizar cada metro cuadrado a su favor.
La interpretación está situada en lo que sería una terraza en la cual Ariel Manzanares interpretando a este hombre desahuciado siempre coquetea con el suicidio mientras su amada lo contiene para que finalice en un terrible final. Así la danza nos va llevando en estas situaciones de tensión, ira, desilusión, seducción y amor al compás de la música.
Sin lugar a dudas esta interpretación de Desencuentro hizo emocionar al público tanto fue así que una vez finalizada se ovacionó de pie a la pareja por su gran desempeño.
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