Sos mi roca

El 11 de septiembre del 2001, el mundo se detuvo, todas las miradas estaban puestas en Estados Unidos, el atentando que comenzó derribando las Torres Gemelas y más tarde el ataque al Pentágono, fueron solo una parte de lo que pasó… el contexto pedía a gritos que ese sea el centro de la escena.

Mientras todos estaban asombrados y temerosos de que podría pasar, muy poca atención se puso en otros sitios, sin embargo, la vida seguía y hubo quienes sufrieron el coletazo de esos aviones estrellándose y destruyendo todo; ese es el caso de la Isla de Gander, en New Foundland (Terranova, Canadá). Ese día en que el espacio aéreo estadounidense fue cerrado y los aviones se desviaron, la pequeña isla recibió 38 aviones, más de 7000 personas, llegando casi a duplicar la cantidad de habitantes en cuestión de horas. Arribaron sin saber cuánto se iban a tener que quedar, pero todos pensaban que no sería más de una noche, finalmente tuvieron que hacerlo cinco días.

Enormes estructuras de madera (donde también se hará mapping), mesas, sillas y una barra de bar, son la base del arte y la escenografía de este musical. Cabe destacar que Tadeo Jones, para lograr esta puesta, utilizó materiales sustentables, las paredes de fondo, están realizadas con 240 pallets, mientras que las sillas, pertenecían al Teatro Maipo y se mandaron a reforzar especialmente para el espectáculo.

Allí irán confluyendo como cada día los habitantes del lugar, para hacer lo mismo que hacen cotidianamente, hasta que llega un policía para avisarles al alcalde y al controlador aéreo, que los aviones están llegando y nadie sabe porque; poco a poco se irán enterando de los hechos por los medios.

Mientras tanto, tras algunos veloces movimientos, el lugar se convierte en un avión, en el que sus pasajeros sienten el hastío de estar encerrados hace más de 24hs y que nadie les diga que pasa. Así irá mutando el espacio y convirtiéndose en diversos lugares, mediante algunos pequeños cambios.

De a poco se van presentando los personajes en ambos lugares, casi todos los actores interpretan a más de uno, realizando las transiciones con tal fluidez, que las transformaciones no le hacen ruido al espectador, sino que por el contrario, se pueden diferenciar y separar como si fueran muchos más artistas en escena.

Una vez que pueden bajar del avión, son llevados a diferentes lugares que los habitantes ya habían acondicionado para recibirlos con abrigo, alimento, ropa y la mayor comodidad que podían brindarles; se conocen y una nueva historia comienza, sus vidas cambiarán para siempre, lo que allí ocurra, marcará un antes y después en la historia de cada uno.

El elenco es impecable y está compuesto por:  Gabriela Bevacqua, Carla Calabrese, Sebastián Holz, Mela Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira (quién sorprende cantando), Silvina Nieto, Marisol Otero, Agustín Perez Costa, Pablo Sultani, Silvana Tomé, Manu Victoria, Lali Vidal, Pato Witis, Luli Asad y Fátima Seidenari.  Cada uno de ellos se luce en sus roles, pero lo más interesante es que, al ser una historia completamente coral, la interacción, es lo que le da fuerza y mayor sentido a sus trabajos; hermosas voces y grandes intérpretes, que al igual que los personajes de esta historia, juntos son más que la suma de las partes.

Es difícil hablar de alguno de ellos en particular, porque el nivel es muy alto y parejo, aunque se podría hacer mención a Melania y Gabriela, cuyos roles ayudan a que la trama avance y son dos artistas integrales maravillosas.

Un gran trabajo de Sebastián Mazzoni como Director vocal, que aprovecha su conocimiento de cada integrante del elenco, para sacar lo mejor de ellos.

Lo mismo corre para Agustín Pérez Costa (Director coreográfico), que monta coreos frescas, entretenidas y acordes a cada momento, sin dejar de lado, que también se suma al elenco y se luce por ejemplo con una danza irish (siempre es un placer verlo en acción).

Están acompañados por los músicos en vivo, que le aportan fuerza y energía a la puesta; se los puede ver a un costado, pero hay momentos que ocupan el centro de la escena, llevándose una merecida ovación. La banda está compuesta por: Santiago Rosso (dirección musical/piano/acordeón), Santiago Molina (flauta irlandesa/tin whistle/gaita irlandesa)
Maximiliano Cataldi (batería), Natacha Tello (violín), Mariano Sáenz Tejeira (bodhrán/percusión/ugly stick), Paula Solange Morales (bajo eléctrico/bajo acústico/fretless) Pablo Mengo (Guitarra Eléctrica/Acústica/Nylon), Luis Lattanzi (mandolina/guitarra).

Tanto los actores, como los músicos, están vestidos acordes a la época, el clima y el lugar, jeans o pantalones de trabajo, camisas a cuadros y abrigos preponderan, demostrando que era gente normal, sin estridencias y el hecho de unificar a los habitantes y los visitantes, va mucho más allá de una moda, demuestra la hermandad que allí nace.

Carla Calabrese interpreta a una periodista y una azafata (que dicho sea de paso, también es su profesión), pero sobre todas las cosas, es la Directora general del espectáculo. Logra una amalgama escénica, que es generadora de energía y valiéndose del talentoso equipo con el que trabaja, logran transmitir todo lo que vivieron y sintieron esas 15000 personas, varadas en una isla, cuando el mundo se sentía amenazado por los hechos ocurridos en el país más poderoso de todos.

“Come from away”, cuenta una historia real, habla de un pueblo que abrió sus brazos y se brindó entero, para quienes lo necesitaban. Llegaron 38 aviones y hubo temor tanto para los visitantes imprevistos, como para los locales, pero eso pronto se convirtió en otra cosa y aquí se puede ver esa metamorfosis.

Los habitantes de Gander llamaban a su isla “mi roca”, pero ese trágico día, se convirtieron en “la roca” de miles de personas. Una historia de amor, de solidaridad y de entrañables nuevas amistades. Si se quiere… se puede!

 

Ficha:

Elenco (por orden alfabético): Gabriela Bevacqua, Carla Calabrese, Sebastián Holz,
Mela Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira, Silvina
Nieto, Marisol Otero, Agustín Perez Costa, Pablo Sultani, Silvana Tomé, Manu Victoria,

Lali Vidal, Pato Witis

Swings: Luli Asad, Agustín Perez Costa, Fátima Seidenari, Lali Vidal, Pato Witis

Músicos

Santiago Rosso (dirección musical/piano/acordeón)
Santiago Molina (flauta irlandesa/tin whistle/gaita irlandesa)

Maximiliano Cataldi (batería)
Natacha Tello (violín)

Mariano Sáenz Tejeira (bodhrán/percusión/ugly stick)
Paula Solange Morales (bajo eléctrico/bajo acústico/fretless)
Pablo Mengo (Guitarra Eléctrica/Acústica/Nylon)
Luis Lattanzi (mandolina/guitarra)
Dirección: Carla Calabrese
Adaptación: Carla Calabrese y Marcelo Kotliar
Dirección Musical: Santiago Rosso
Dirección Vocal: Sebastián Mazzoni
Dirección Coreográfica: Agustín Perez Costa
Dirección de Arte y Escenografía: Tadeo Jones

Dirección de Producción: Sergio Albertoni
Diseño de Vestuario: Silvana Morini
Diseño de Sonido: Eugenio Mellano Lanfranco
Diseño de Luces: Gonzalo Gonzalez
Stage Manager: Sebastián Salaberri

Asistentes de Dirección: Patricio Witis, Mela Lenoir, Agustín Perez Costa

Asistente de Dirección Musical: Tomás Horenstein

Asistentes de Producción: Nachi Bredeston, Tomás Albertoni, Luli Asad, Fátima

Seidenari, Mari Torres
Fotos: Gabriel Machado
Prensa: BMZ Comunicaciones
Diseño de video: Giselle Hauscarriaga
Diseño Gráfico: Clara Ezcurra
Género: Musical