Había una vez…un circo

Esta propuesta dirigida por Antoaneta Madjarova, la titiritera de origen búlgaro radicada en Argentina desde hace varios años, sigue la estética del teatro negro, en la cual la directora tiene mucha experiencia por haber recorrido un largo camino con espectáculos similares. La obra es una sucesión de números circenses, a la manera de una varieté, en la cual participan cuatro actores clown, que a su vez son los encargados de manipular los títeres y los objetos durante la función. En esta historia aparecen diferentes personajes tales como: dos contorsionistas, un malabarista chino, tres gatos zanquistas que tocan rock and roll, bailarines rusos, un domador de leones, monos acróbatas y hasta un mago invisible. Todo puesto en escena de una manera impecable utilizando una variedad de recursos técnicos y efectos especiales. Por ello es de gran importancia la iluminación -que incluye hasta show de láser- a cargo de Matías Noval y la misma Antoaneta Madjarova, ya que sin este recurso no sería posible crear la magia del teatro negro. También son muy coloridos y llamativos, tanto los vestuarios de los clowns – confeccionados por Sara Graciana Trama de Bologna y Alejandro Bologna-, como los títeres y la escenografía magníficamente realizados por Giselle Bosio, Leandro Lucanera, Emanuel Nievas, Lorena de la Fuente, Mariana Jochoian y la compañía El Nudo. Además adquiere gran preponderancia lo sonoro, cuya selección musical va desde la electrónica hasta melodías de canciones tradicionales con reminiscencias de diferentes partes del mundo que ambientan cada una de las situaciones.

Si bien la dramaturgia está construida a partir de diferentes cuadros o escenas, ni la historia, ni los personajes, son lo más importante de la obra, sino que el acento está puesto en las percepciones sensoriales, sobre todo en lo visual. Es una buena opción para acercar a los niños al mundo del teatro, de los títeres y del circo.

Ficha:

Intérpretes: Daniela Ocampos, Manuel de la Serna, Cintia Santa Cruz y Federico Coppola