Campo minado

Campo minado

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    CTBA

 

La aguerrida perla teatral

Una sala llena inspira siempre una experiencia colectiva. Si a la misma se le suma una temática histórica local, la experiencia se vuelve una forma de memoria. Y si la conjugación de ambas se hace con todas las minucias que el buen teatro demanda, el resultado es un potente documental que agota funciones sin agotar la reflexión sobre algo tan sentido para la Argentina como la guerra de las Malvinas. Campo minado, fuera de todos los discursos más conocidos sobre el tema, aporta una novedosa y emotiva perspectiva mediante una finísimo y elaborado ejercicio investigativo y documental devenido en teatro, de la mano de Lola Arias.

La base de esta inédita invitación es la convocatoria de seis veteranos de dicha guerra: tres argentinos y tres por el bando inglés. Con inmensa generosidad y valentía, este sexteto decidió llevar adelante un diario de vivencias que fuera la piedra fundamental del producto final. Con historias por demás crudas, la obra reconstruirá el antes, el durante y el después de cada uno de ellos, retratando tanto lo fáctico como lo más íntimo. Para ello, el desfiladero de recursos es asombroso: música en vivo (virtud de los veteranos mismos), cámaras y audiovisuales en vivo, documentos históricos y, sobre todo, material aportado por los propios protagonistas. El resultado da cuenta del intenso trabajo de investigación previo, crédito a Sofía Medici y Luz Algranti, y el invalorable aporte de los veteranos, desde ya.

Más allá del componente trágico que significa para un ex combatiente la incursión bélica, la disputa por el sentido de la palabra víctima está en el aire. Con justa razón, los testigos quieren deshacerse de ella, orgullosos de su pasado más allá del horror. Pocas reflexiones están tan vigentes y atraviesan tantas discusiones como el rol de la víctima. Es posible que el término exceda a los protagonistas, y el respeto a ellos altísimo, como al producto supieron conseguir con la obra, pero a la vez traen al siglo XXI la idea de que la víctima puede ser mucho más que el padeciente del victimario. Habiendo pasado por algo tan terrorífico como una guerra, ellos deciden vivir, apostar por su felicidad sin negar las secuelas, reconocer su pasado y darle vigencia. Y esa vigencia le da valentía a la idea de víctima, a una verdad que va más allá de la violencia vivida, para vivificar justamente eso: la vida.

Como ocurre con cualquier obra imperdible, el spoiler es el peor de los pecados. Para quiénes tienen una fuerte postura sobre dicho acontecimiento histórico, para aquellos que lo miran de lejos, pero con curiosidad; protagonistas, contemporáneos y hasta la juventud más lejana al 1982 con ganas de ejercitar la memoria con respeto, originalidad, inteligencia y hasta ternura. Nadie queda exento de esta maravilla nacida de algo tan doloroso como una guerra. Da gusto ver un producto tan argentino que transforma el sufrimiento en reflexión, que entretiene y a la vez aporta un nuevo punto de vista. Ese es, sin duda, uno de los grandes aciertos: una obra coral con seis voces protagonistas que claman la sagrada línea “No las hemos de olvidar”.

Ficha:

Actores/Protagonistas: Tip Cullen, David Jackson, Gabriel Sagastume, Rubén Otero, Sukrim Rai, Marcelo Vallejo

Directora: Lola Arias

Categorías: Reseñas

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