La leyenda del hacedor de músicos

El sábado asistimos a una inolvidable noche de jazz y blues. Bajo el título “Jazz for Walter” se llevó a cabo en Notorious el tercer encuentro de este ciclo que homenajea a quien es con seguridad la figura más preponderante de estos estilos musicales en nuestro país: Walter Malosetti. Excelso guitarrista, notable laburante y estudioso permanente, Malosetti no fue solamente una estrella del escenario, sino también de la educación musical. Sus libros de música son parada obligatoria para aquellos que pretendan transitar estos géneros con cierta rigurosidad. Su veta pedagógica le otorga al homenajeado otra dimensión: la de pensar en las generaciones venideras.
Al finalizar el tremendo concierto charlamos con su hijo Javier –quien se subió al escenario para ejecutar el bajo en las últimas piezas, junto con su mujer, la actriz Inés Estévez, quien cantó junto a los músicos- y nos dijo al respecto: “el tenía un pie puesto muy seriamente en la docencia. Como dice Dino Saluzzi, él fue un hacedor de músicos. Es algo muy noble que lo levanta aún más. Tener ese espíritu de transmitir sus conocimientos, un espíritu que no todos los músicos tenemos”.
Los músicos desarrollaron el repertorio de Walter con mucho talante pero también con sentimiento. Es que fueron sus compañeros de ruta durante años. En palabras de Javier, se trata de “los amigos de mi papá más queridos. Fijate que los amigos de mi viejo, que murió hace tres años con 83, son todos cuarentones. Osea que en la época en que el estaba en actividad eran treintones. Tuvo amigos músicos más jóvenes que lo siguieron como un héroe, como un patriarca, como un maestro que les enseñaba los secretos y luego como un par. Venís a ver un homenaje a un músico de la vieja escuela y son todos jóvenes. Eso te da la pauta de la persona que estamos hablando”.
Los guitarristas fueron Armando Alonso y Ramiro Penovi, a cargo de la batería el gran Pepi Taveira, Mariano Otero al bajo, Santiago de Francisco en saxofón y Enrique Norris en trompeta.
En opinión de este cronista, este ciclo merece rotar por distintos escenarios del país y, por qué no, en escenarios más populares, que rompan el circuito cerrado del jazz, porque la música de excelencia que grandes como Walter Malosetti nos dejó como testimonio de su paso por la tierra, debe llegar a las grandes audiencias.