Sábado 22 de abril 18.30 hs. en el marco del BAFICI
en el Cultural San Martín, inaugura la muestra
BEATRIZ GUIDO, UN MUNDO PROPIO
EN LA LITERATURA Y EL CINE
con proyecciones de películas, exposición de afiches, fotos y primeras ediciones de sus libros.

El festival de cine independiente de Buenos Aires (19 de abril al 1 de mayo) incluirá entre sus actividades de la 24º edición un homenaje a la escritora Beatriz Guido, figura clave en la renovación del cine argentino en los años 50 y 60, a partir de sus trabajos como guionista, adaptando su propia obra y la de otros autores.

Guido llega al cine a fines de la década de 1950 con la adaptación de su novela La casa del ángel, que marca el comienzo de su colaboración profesional con el director Leopoldo Torre Nilsson, con el que conforma una dupla creativa y sentimental como pocas en la cultura de nuestro país. A través de la traslación de sus novelas y cuentos, con los que conquistan los principales festivales del momento (basta recordar el premio del jurado en Cannes por La mano en la trampa) y luego llevando al cine a autores como José Hernández, Roberto Arlt, Adolfo Bioy Casares o Manuel Puig. Tras la muerte de Torre Nilsson, otros directores trabajaron a partir de textos suyos, como ya había hecho Fernando Ayala en 1962, con Paula cautiva. En paralelo, Guido continuó desarrollando su carrera como escritora (publicando novelas como Fin de fiesta o El incendio y las vísperas, que marcaron sucesos de ventas hoy impensables) y convirtiéndose de manera progresiva en un personaje público presente en todo tipo de eventos y consultada sobre las más diversas cuestiones.

Sobre las distintas facetas de la autora gira el libro Espía privilegiada, que publica Eudeba en las próximas semanas. El volumen, a cargo de José Miguel Onaindia y Diego Sabanés (curadores también de la muestra) cuenta con la colaboración de Diana Maffía y Josefina Delgado, y los testimonios de Manuel Antín, Graciela Borges y Adriana Martínez Vivot. Además de revisar la carrera de Guido, los autores recuperan algunos textos inéditos o casi inhallables: artículos escritos para revistas culturales en los años 40, cuentos que no fueron incluidos en ninguna recopilación en vida de la autora, un poema, una conferencia sobre el cine de los años 60 y una carta escrita a Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, entre otras hallazgos de la investigación.

El homenaje tendrá lugar en el Centro Cultural San Martín y contará con la proyección de sus tres primeras obras como coguionista: La casa del ángel (1957), El secuestrador (1958) y La caída (1959), además de una exposición de afiches, fotografías y primeras ediciones de sus libros. La exhibición será acogida en los próximos meses por el Centro Cultural de España en Montevideo y la Casa de América en Madrid.

Beatriz Guido nace en Rosario el 13 de diciembre de 1922, hija del arquitecto Ángel Guido y de la actriz uruguaya Bertha Eirin. Es la mayor de tres hermanas que se crían en un ambiente de exaltación de las artes. Desde niña participa de las tertulias familiares con personalidades de la intelectualidad de la época, viaja a México, Estados Unidos y Europa con su padre durante la década del 30. Estudia filosofía en Buenos Aires y en la Europa de posguerra. Desarrolla una inclinación por los autores existencialistas a los que traduce, estudia y entrevista. Publica notas en revistas y tres libros de los que reniega. En 1954 se consagra con La casa del ángel que gana el premio EMECÉ. Conoce a Leopoldo Torre Nilsson y años después comienza una relación sentimental y artística única. En 1957 Argentina Sono Film produce la película sobre la novela que dirige Torre Nilsson y que es la primera que compite en Cannes con excelente repercusión en la crítica especializada. Se convierte en una escritora del “set” y guionista, una profesional de la escritura que excede los límites de sus actividades y es una figura pública de excepción. Sus libros no sólo son grandes éxitos editoriales sino que dan base a las películas de mayor repercusión internacional de nuestro cine, algunas de ellas mediante novedosos ejercicios de co-producción. Se constituye en una figura pública de excepción que no rechaza ningún medio para expresar sus opiniones sobre temas diversos. Es una de las escritoras más leídas de su época que provoca con cada libro una controversia que excede el ámbito literario.

Luego de la prematura muerte de Torre Nilsson continúa su labor narrativa y de guionista para otros directores. Apoya fervientemente la candidatura de Raúl Alfonsín, quien luego de su triunfo la designa Agregada Cultural de la Embajada Argentina en España. Ayuda al regreso de los exiliados, promueve las artes en el exterior, recibe con generosidad a visitantes diversos.

Muere en Madrid el 4 de marzo de 1988.