Conformarse con poco es para los mediocres

Aunque Ricardo III es recordado como uno de los más despiadados reyes que hayan reinado en Inglaterra, mucha de su fama es, en gran medida, producto de la infamia. El último rey de la casa de York, y también el último rey inglés muerto en un campo de batalla, nunca imaginaría que durante muchos siglos su persona fuera conocida más por una obra de teatro de William Shakespeare que por los hechos históricos de su vida.

Escrita por Gabriel Calderón y pensada para ser interpretada por un solo actor en un único acto, Algo de Ricardo es más que una obra que recrea fragmentos de los textos de Shakespeare; es la oportunidad de rol protagónico que un actor ha esperado durante toda su vida. Pero deberá lidiar con el director y el resto del elenco quienes, para él, son indignos del lugar que ocupan en tamaña obra. Durante el transcurso de la misma, grabador en mano mediante, el actor principal menosprecia a sus compañeros y conspira, finalmente, para tomar el puesto de director y vaciar a la obra de ‘’infames aprendices del oficio teatral’’. Nada se interpondrá en su afán de hacerse carne en Ricardo, destruyendo todo aquello que lo rodea, incluso a él mismo.

Osmar Nuñez lleva a cabo una labor actoral majestuosa. Su versatilidad deja sin aliento a los espectadores: no solo es capaz de ser el actor tirano y Ricardo III al mismo tiempo, sino que también interpreta a varios personajes femeninos de la obra original. Los textos de elevada complejidad e intensidad se mezclan con picantes aseveraciones y críticas hacia el seno del teatro mismo, llevando al espectador de la risa al silencio sepulcral absoluto.

La tensión entre la realidad y la ficción es una constante en una obra que explora las ansias de poder de un rey y un actor principal, devenido en director. Un sinfín de emociones recorren al espectador, de principio a fin ya que, mal que nos pese, todos tenemos algo de Ricardo. Aplausos de pie.

 

Ficha

Actores: Osmar Núñez

Dirección: Mónica Benavidez

Dramaturgia: Gabriel Calderón