Al bárbaro le doy paz

Al bárbaro le doy paz

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    SMW

 

Desde el corazón de María Elena

María Elena Walsh. Artista, mujer, luchadora, poetisa, cantautora, activista, soñadora, compositora, argentina… Sin lugar a dudas, sus canciones han sido emblema y han marcado varias generaciones argentinas. Desde su dramaturgia y analizándola desde una mirada adulta y reflexiva, se denota su critica constante a la realidad y su intención de mostrar las desigualdades reinantes desde tiempos inmemoriales.

Un sillón rodeado de pilas de diarios y revistas con páginas amarillas. Una silla de respaldo alto enarbolada con variedad de libros. Una escalera y un mueble trapezoidal componen la escenografía pensada por Gastón Zambón, todo esto delimita dos espacios muy disimiles con marcadas diferencias entre el frente y el fondo de la escena y notables distancias estéticas. En un costado los instrumentos que ejecutan deliciosamente, Juan Ignacio López en el piano, quién además dirige vocal y musicalmente al elenco y Tito Vanini en la percusión. Música en vivo para deleitar al público de principio a final.

Un hombre niño (Mariano Magnífico), una enamorada (Flavia Pereda), la mujer que protesta (Deborah Turza); personajes derivados de la poética de María Elena, intentarán demostrarle a Magoya (Julián Pucheta) que no debe creer todo lo que ve, lo que oye en los medios y lo que lee en los diarios. Juegos, canciones, diálogos, poesía pura, risas, emociones, alegría, dolor y llanto. Un combinado argumento que nos dejará boquiabiertos en más de un momento.

Destacados y consagrados artistas musicales. Los cuatro enaltecen este argumento, lo condimentan, suavizan y potencian. Mariano Magnífico demuestra una vez más su soltura y frescura arriba del escenario. Flavia Pereda construye tiernamente a esta enamorada cautivando a cada minuto. Deborah Turza reafirma su vasta experiencia, su solidez escénica y su oficio de raza. Julián Pucheta lo hace nuevamente con su desparpajo, su lenguaje corporal y su impronta. Actoral, vocal y coreográficamente exquisitos. Los cuatro hacen aplaudir a rabiar y despegan a los espectadores de sus butacas al finalizar la obra. Ovación de pie a estos artistas tan completos y talentosos. El director y dramaturgo Pablo Gorlero demuestra que conoce perfectamente el paño del musical y con esta maravillosa propuesta da en la tecla justa, movilizando las más íntimas fibras. Gorlero es acompañado por Marina Svartzman en la asistencia de dirección y en la composición coreográfica, presentando números destacados como por ejemplo dos segmentos, uno folclórico y otro de tango que son sumamente imperdibles.

“Al bárbaro le doy paz” es un diamante del teatro musical argentino. De esas obras que necesariamente hay que ver. Una obra que dará mucho que hablar, que cosechará numerosos premios, elogios y aplausos. Una de esas obras que al salir del teatro ya estarás pensando cuando volverás a verla. De esas obras que enternecen, atraviesan, que movilizan y emocionan. Una obra donde se ponen en juego las más crueles y descarnadas verdades, con tanta sutileza y delicadez que cosecha profundas sonrisas y carcajadas, así como lagrimas que rodarán por la mejilla. Un homenaje a la excelsa María Elena a diez años de su partida física de este mundo.

Y será inevitable salir de la sala tarareando y cantando “Al loco le doy razón y al bárbaro le doy paz. Mi canto y mi corazón son para los demás.”

 

FICHA

Elenco: Mariano Magnífico, Flavia Pereda, Julián Pucheta y Déborah Turza

Director: Pablo Gorlero

Categorías: Reseñas

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