El momento de los invisibles

90 cts. es una obra con dirección y dramaturgia de Flavio Abraldes que mantiene al espectador inmenso en la historia de principio a fin. Situada en un momento social particular – teniendo reminiscencias del estallido del  2001- lleva al público a viajar entre risas y recuerdos.

Una familia de clase media cae en incertidumbre y tristeza cuando se ve en el medio de una crisis de la cual no se sabe si habrá retorno; los dueños de casa Daniela y Cebolla son hermanos que viven aún en la casa que fue de su abuelo, paso por su padre y llegó hasta ellos. El sentimiento de arraigo que plantea la obra deja sentir al espectador esa nostalgia de pasado cuando uno no vivía como nómade y llevaba consigo el orgullo de pertenecer al espacio donde uno nació, se crio y creció.

Daniela, (Florencia Marsal) es un personaje espectacular, va realizando una narración casi en off en momentos clave dando paso a algunas escenas centrales de la misma, su condición no la deja exenta de poder entender en todo momento el acontecer social, familiar y el lugar que ocupa, siendo la que más risas despierta – debido a chistes que realiza- es el personaje más profundo de la obra, joven, vivaz y fresca es una gran guía y compañera de su hermano Cebolla (Daniel Ibarra) hombre de la casa que se encuentra como en un lapsus constante debido a estar sin trabajo, el sillón es su gran amigo y la desazón en sus ojos lo acompañan en todo momento. Cebolla representa a muchas de las personas que durante las crisis decidió no dar el brazo a torcer y luchar, orgulloso de su condición de clase “somos la clase que hizo grande a este país” busca continuar en su lugar y conseguir un trabajo con sus capacidades le permita progreso y crecimiento social.

Noemí (Brenda Fabregat) es otro de los personajes resonantes de la obra ya que intenta convencer a esta familia que puede irse a un lugar mejor, es el personaje que le da un toque de color al espectáculo ya que con su tono y forma de ser hace que los espectadores se rían en momentos donde la reflexión es el momento central. Pezón (Diego Lorenzo) y Estela (Antonella Fittipaldi) son los últimos personajes que completan esta obra –ellos tienen una relación particular- aunque Estela esta casa con Cebolla y en cierta forma, son parte de una maquinaria social diferente a los otros tres personajes debido a que Pezón es el guardia del barrio y siente que está protegiendo a los habitantes aunque estos jamás le agradezcan y Estela es docente, por esta cuestión cree que su caudal “cultural” es más rico que el de su propia familia y por momentos genera una suerte de descalificación a lo que Cebolla o Daniela le puedan plantear.

El vestuario y la escenografía de Maite Corona sitúan al espectador de una forma excepcional tanto en la vivienda como en el barrio donde viven, por momentos la obra hace que el espectador se identifique y piense que hubiera hecho en ese momento y ese lugar, también le da contexto al título mediante puntos que van verbalizando los personajes y de esa forma se viaja al pasado generando un ¿te acordas? constante en el público.

Es una obra para recomendar que los hará viajar al pasado entendiendo de alguna forma que uno siempre debe estar preparado para que la vida los coloque en una situación de toma de decisión. Todos los personajes logran que el espectador no se distraiga en ningún momento siendo lo más relevante las características ya que ninguno se parece al otro; para finalizar caben destacar por un lado la profundidad que logra la obra, las voces de Antonella Fittipaldi y Diego Lorenzo -quienes cantan en un momento- y también el personaje realizado por Florencia Marsal.

 

Ficha

Dirección: Flavio Abraldes

Actúan: Brenda Fabregat, Daniel Ibarra, Antonella Fittipaldi, Diego Lorenzo y Flor Marsal