Ficha

  • Datos de funciones:

    Vacaciones de invierno

  • Prensa:

    Prensa: Claudia Sanchez

 

Solo los chicos, sólo los chicos

Comienzo a escribir y la música me acompaña, me rodea. Está ahí, es el flaco que me dice, nos dice  “Dale luz al instante”. Lo escucho y sonrío. Esa frase es la acción que la música realiza sobre mí y, creo,  que sobre muchos otros, cuando la escuchamos en los múltiples dispositivos o cuando nos sumergimos en un recital. Esto último sucede con Había una vez…rock. Un recital para niñas y niños sobre nuestro rock nacional. Y digo niñas y niños porque el recital invita a que nos acerquemos a nuestras canciones a través de un vínculo intuitivo, sincero y lúdico como lo hacen los más pequeños.

Daniela Herrero y su banda integrada por Lucas Cirilo, en batería; Miguel García, en teclados; Pablo Úngaro, en guitarra; y Facu Fiorentino buscan junto al público, en este ensayo entre amigos, sus temas.  Así comienzan con El rock es mi forma de ser de Virus y continúan con Mañanas Campestres de Arco Iris, Canción de Alicia en el país de Serú Giran, Mariposa Tecnicolor, Solo los chicos de Fito Paez, En el país de la libertad de Leo Gieco, Cleopatra, la reina del twist de Los Twist, Estoy verde de Charly García, La barca de Los gatos, entre otros. En cada canción elegida  todos emitimos un “Esta canción va”. La grupalidad de la banda se siente y se contagia a los espectadores que cantan, bailan y se ríen de las ocurrencias, de los músicos, que surgen entre canciones. No hay duda que para esta banda no hay “nada como ir juntos a la par”.

El recital se convierte en un espacio donde el rock nacional y su historia realmente se hacen presentes y donde, a su vez,  se está comprometido con la música y con el público. Las canciones son ejecutadas con precisión, detalle, sin dejar de lado la diversión y el disfrute. Padres, abuelos cantan junto a los pequeños, quizás recordando sus infancias, adolescencias cuando esas canciones comenzaban a sonar.

El tiempo transcurrido entre música, proyecciones y el diálogo escénico con el público demuestra que, como dice Daniela Herrero, el rock nos deja ser lo que queramos ser; que detrás de esas rockeras, rockeros siempre hay niñas y niños, y que como dice Andrés Calamaro “La música es el territorio donde nada nos hace daño”.

 

Categorías: Musicales, Reseñas

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