Un grito hacia la eternidad

“200000 mujeres” es una obra que hace un recorrido por la historia europea entre los siglos XVI y XVII, en los cuales se torturó y mató a miles de mujeres por ser acusándolas de hacer brujerías. Se las denunciaba impunemente y así se las condenaba, se las culpaba de pestes, heladas y de cualquier otro mal.

La pieza indaga, reflexiona y denuncia los intereses políticos y de adoctrinamiento que había detrás de ese plan macabro contra las ellas.

La tensión se respira con cada escena, lo crudo y lo directo está presente pero realizado con metáforas y sutilezas que generan una apertura en el espectador para que cale hondo lo que se quiere transmitir.

Al ser un unipersonal, la actuación se convierte, como casi siempre, en los cimientos sobre los cuales se construye el resto. Anna Tamayo, interpreta con maestría cada momento. Dando lugar a los diferentes personajes que intervienen, llenando de imágenes al espacio escénico. Con un manejo vocal, en el que matiza cada situación. Y un despliegue corporal comprometido que llena cada rincón del escenario solo con su presencia.

Desde la puesta, realizada por Ángela Palacios, se puede observar una idea de contar la historia utilizando focos puntuales para concentrar la atención. Este recurso, bien explorado y explotado se logra fundamentalmente con la iluminación. Que lleva al ojo del público a donde quiere que esté.

La música aporta a lo dramático un juego de tensión y distensión que se vive durante toda la obra. Algo que favorece al desarrollo, ya que por la temática y por su tratamiento estético prevalece un clima que puede resultar denso, sin esos cambios en el ritmo escénico.

La dramaturgia construida en dupla por la directora y la actriz, invita a sumergirse en el mundo que proponen.

Una obra es una suerte de homenaje a aquellas mujeres asesinadas, porque recordando el pasado se puede construir un futuro más justo.

 

Ficha:

Intérpretes: Anna Tamayo

Dirección: Ángela Palacios

Género: Drama