Quedan los artistas

Gustavo Garzón es un actor y director consagrado, con más de treinta años de trayectoria, reconocido por múltiples trabajos. Aunque en los últimos años, no fue frecuente verlo en alguna novela o ficción, como así tampoco en obras teatrales.

Es por esto que decide nuevamente subirse a los escenarios y contar que fue lo que pasó, explicar cuales fueron los motivos por los que se quedó afuera tanto tiempo. Pero no lo puede hacer solo, Marina Otero (una actriz del under), se encuentra en la búsqueda de un actor reconocido para su próxima obra y se comunica con él para que la ayude.

Los dos necesitan una mano, y entre ellos pueden lograr cumplir con su objetivo: hacer un espectáculo que le llegue a la gente.

Juntos deciden llevar a cabo el proyecto, aunque no todo resulta como esperan, cada uno tiene sus ideas y que ninguno da el brazo a torcer; esto hace que empiecen problemas entre ellos, por el nombre, la duración, la escena (de “La gaviota” de Chejov). La solución es que cada uno haga lo que quiere, en cuanto al público… que quede a criterio de cada uno.

Si bien el nombre no dice nada de lo que sucede en escena, lo que menos importa es como se llama; “ 200 golpes de jamón serrano”,  tiene todos los condimentos habidos y por haber, en donde vemos a un Gustavo Garzón íntimo, que nos invita a bucear en lo más profundo de él, conocerlo a fondo, dentro y fuera de la voragine de la actuación. También nos encontramos una Marina Otero íntima, que cuenta sus primeros pasos en la actuación, con la dificultad que implica progresar en un circuito por momentos cruel.

Ambos forman un dúo encantador, mostrando todos los altibajos de los actores, ya sea cuando llueven los trabajos, como así también cuando el teléfono deja de sonar. Actores comprometidos intimamente con el público, haciéndolos parte desde el principio, al punto de terminar bailando, cantando y brindando. Muy interesante el uso de la cámara que acompaña a modo de documental.

Gustavo Garzón y Marina Otero nos invitan a conocer la vida del artista, el día a día, lo díficil que a veces se hace sostenerse en el tiempo, aunque tanbién nos muestran lo más importante que tenemos, nuestra familia, seres especiales por los que uno no baja los brazos, aún en los momentos más difíciles. Dedicada a todo el que desee reencontrarse con uno mismo.

Ficha:

Intérpretes: Gustavo Garzón, Marina Otero
Asistencia en escena y dirección: Agustina Barzola Würth, Lucía Giannoni